26.4.16

A

Atrapada,
No sé salir de aquí.

Angustiada,
Recuerdo que quiero vivir.

¡Qué fuerte brilla la salida!
Una oportunidad de ser feliz.

Insistiremos hasta ser libres, todas,
Al fin.

no quiero jugar

Encierro consentido
es el precio de jugar
a aceptar las reglas
del juego del Estado.

Impotencia con trazas de rabia
es la condena
para quienes eligieron
no participar.

Luchar por la libertad
sin apenas ser libres.
Luchar por la vida
cuando casi no nos pertenece.

¿Qué queda si no?
Cadenas que atrapan sueños,
conformismo lleno de dolor
y solo un camino que va a la muerte.

Ser solo un número más,
esa ficha del parchís
que aun habiéndola visto caer
nadie se agacha a buscar.

23.4.16

al amor otra vez

Últimamente solo le escribo al amor, pero no son poemas con dedicación a ninguna persona a que le entregue todo mi yo. Son poemas donde solo quiero dar gracias, por las cosas bonitas que muchxs me hacéis sentir, y algunxs ni sabréis quiénes sois. Ojalá os deis por aludidxs.

Tengo tanto amor para tantxs compas,
para tantos seres animales como yo
y a la vez tan distintxs...

Quiero que florezcan redes afectivas,
como el azahar en la placita de mi infancia,
que cambia, que a veces parece que se va,
que a veces parece que no vuelve,
pero que siempre está ahí.

Quiero tejer lazos, suaves, que no aprieten,
que se puedan deshacir si unx quiere,
y que unan pechos con pechos,
caricias con abrazos,
abrazos con apoyos.

Quiero poder apreciar lo mismo,
sin jerarquizaciones impuestas,
todos mis amores elegidxs,
ya sean sexuales
solo afectivos, o entre especies.

Quiero aprender a amar libre
para veros libre,
vivir libre,
crecer libre
y acabar muriendo libre
con una sonrisa de plenitud
al recordaros a todxs.


17.4.16

al amor libre y en plural

Aproximación al desastre
sin prisa: aun no veo el final,
sin pausa: tampoco quiero parar.

Avance inexorable,
medible en el ritmo cardíaco medio
que sube por cada vez que te veo.

Sentimientos no idénticos, pero sí familiares
interpretados como nunca antes.

Me emociona,
me llena,
me asusta.

Ni eres uno,
ni eres eterno,
ni apenas te conozco,
y aun así me llamas a gritos.

Cambias, rebelde,
cada vez que se te da una forma,
para no adaptarte nunca a nada.

Salvaje, natural,
luchador incansable contra tu corrosión romántica y patriarcal,
te veo en tantos sitios...

Sororidad entre mujeres,
caricias de mi madre,
miradas cómplices,
roces, abrazos,
besos y palabras,
sexo y momentos íntimos,
seguridad de no estar sola,
certeza de que no dejaré a compañerxs solxs,
empatía regalada solo por ser animal.

Qué más puedo hacer que atreverme a sentirte fuera del límite,
a sentirte de verdad.