7.12.17

Persecutoria

Corro. Huyo. Escapo.
Nadie viene detrás y sin embargo
sé que parar no es una posibilidad.

Cada vez que mis pies tocan tierra se recargan,
me sube la electricidad hacia el ombligo
sustituyendo la ansiedad por adrenalina.

Parece que soplo como el viento
y al espirar salen notas musicales componiendo una tétrica banda sonora
que de ninguna manera se puede bailar.

Los árboles me miran con pena al pasar
y yo esquivo sus verdades astilladas
murmurando disculpas que van directas al cemento.

Estoy herida de muerte
pero todxs lo estáis.
Solo un poco más
una dosis más
sola
volar
morir y matar
no rendirme sin más.

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