"Yo cuando tenía tu edad también pensaba..."
"Es que eres muy joven para entender que..."
"Ya te darás cuenta de que..."
Mi edad no me coloca debajo tuya.
Tu edad no hace que tus ideas sean más válidas.
Mi edad no me impide tener ideas claras. Tú edad no excusa tu autoritarismo.
No uses tu edad para crear relaciones de poder.
No uses mi edad para invisibilizarme.
Deja tu paternalismo en casa:
asume que mi edad no me define.
Un poco más y se me escapan por la boca
el pellejo
las entrañas
los sesos
y todo lo que siento.
Menos mal que sólo se me escaparon tres palabras.
El vacío que deja el alcohol me engulle.
¿Una percepción alterada
cómo puede dejar recuerdos fiables?
Pasó o no pasó
cómo
quién...
Solo me acuerdo de todo,
se queda ahí el verbo.
Hoy quiero aferrarme a la realidad
a palabras conscientes
a la firmeza de tus manos
a sentir por dentro de nuevo.
La miro de cerca con ojos cerrados.
Ella, en sueños
me da la espalda más acogedora que jamás nadie me dio.
Jamás te encuentro en el diccionario.
Tu presencia y mis sentidos juegan:
te huelo la curva de la cadera
me ciega el brillo de tu risa
oigo a tus ojos leyéndome el alma
toco el choque de nuestros alientos desnudos
Me saboreo para sentirte.
Tu hombro se vuelve nido
yo me vuelvo golondrina
y sin más
vuelo.
Siempre las culpas a la luna,
siempre las gracias al sol.
¿Quién construye la noche,
quién destruye el día?
Dos verbos;
una única acción
que se queda en nada
como toda suma de opuestos.
Se destruye la noche
y se construye el día,
pero el tiempo no pasa
más que por un reloj que ni siquiera existe.
Lo demás cambia
como yo,
por otras dimesiones.
