Me mimo.
Me acaricio cada poro,
perfilo cada hueso que puedo palpar, siento cada músculo en su lugar,
cada órgano funcionando.
Juego con la respiración;
mi barriga sube y baja,
la observo ensimismada
mientras mi cadera se tambalea.
Los pezones arrugados
desiguales y casi brillantes
atraviesan la superficie
como puntas de icebergs.
Intento nombrarme cada vello púbico pero se me enredan en un juego
libre de pudores impuestos
como bailando a ritmo lento.
Me entra aire por todas partes
me siento formada de gotas de agua
y sin pensarlo
me mezclo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario