7.1.19

a Rama (28/11/18)

Aún te lloro, flojito y casi en secreto,
como cuando andabas sigilosa
acechante y divertida
justo antes del salto a tu presa.

¡Qué de presas las tuyas!
Tu madre (tu preferida),
un perro-tito viejo que nunca antes tuvo tanta paciencia con nadie,
una cucaracha, alguna de tus hermanas,
un palo, un rabo, un hueso de regalo...
y yo también a veces.

Tan chica y tan buena nadadora,
siempre preparada, siempre atenta.
Con tus miedos, tus besos, tus miradas.
Con tus patas largas y las orejas del revés.

Tus patas en mi puerta,
tus "no te vayas"
y mis sorpresas apareciendo en tu casa
pa dar una vuelta juntas.

Sé que en las últimas no me veías,
pero estaba.
¿Cómo iba a olvidarte?

Pasaste por mis manos,
dormiste, enanita, en mi regazo
y te quedaste.

Te quedaste en todas partes donde alguna vez pisaste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario